La Diócesis de Chimbote, informó que hoy a las 16:00 horas llegarán a Chimbote los restos del obispo emérito de Chimbote, Monseñor Luis Bambarén Gastelumendi para ser sepultados en la cripta de la catedral Nuestra Señora del Carmen y San Pedro Apóstol, como fue su voluntad.

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Aunque en un principio se pensaba hacer este traslado una vez culminada la emergencia, las autoridades sanitarias aceptaron el pedido de los Padres Jesuitas para cumplir el gran anhelo de Bambarén, quien falleció en la víspera víctima del covid-19.

La Diócesis indicó que luego de las liturgias en Lima, el féretro de Bambarén será trasladado vía área hasta el aeropuerto de Nuevo Chimbote, para luego ser conducido a la catedral.

En el templo religioso, el obispo de la Diócesis de Chimbote, monseñor Ángel Francisco Simón Piorno oficiará una liturgia para luego proceder al sepelio. La Diócesis de Chimbote precisa que todos los actos fúnebres se realizan cumpliendo estrictos protocolos de bioseguridad.

“Nos sentimos bendecidos de haber contado con un pastor que sirvió durante 27 años a este pueblo, promoviendo siempre la solidaridad, la compasión y la justicia social sin fronteras”, expresa el documento.

Hay gran expectativa en los fieles católicos chimbotanos por dar el último adiós a monseñor Bambarén, por lo que la Policía Nacional ejecutará un gran despliegue para asegurarse de que todo se desarrolle en estricto orden.

¡DESCANSE EN PAZ, MONS. LUIS BAMBARÉN!

Monseñor Luis Armando Bambarén Gastelumendi SJ
nació el 14 de enero de 1928 en la ciudad Ancashina de Yungay, Perú. Hijo de Alfredo Bambarén Figueroa y Luisa Gastelumendi. Creció en una familia católica, fue quinto de ocho hermanos, con dos hermanas religiosas. Realizó sus estudios primarios en su ciudad natal, y los secundarios en el Colegio de la Inmaculada en Lima.

Inició su vida religiosa en el noviciado Jesuita el 20 de abril de 1944, siguiendo estudios de letras hasta partir a España en 1949 para estudiar filosofía. Luego ejerce el magisterio en Lima desde 1952 hasta 1955, prosiguiendo estudios en la Facultad de Teología de Granada en España.

Fue ordenado sacerdote de la Iglesia Católica en la ciudad de Madrid el 15 de julio de 1958, y su primera misa coincidió con la fiesta de la Virgen del Carmen, el 16 de julio del mismo año. A su regreso al Perú ejerció su docencia, siendo subdirector del Colegio de la Inmaculada de Lima entre los años 1961 hasta 1964.

El 1 de enero de 1968, recibe la consagración episcopal como Obispo Titular de Sertei y Obispo auxiliar de Lima de manos del entonces cardenal Juan Landázuri Ricketts en la parroquia San Martín de Porres. Desde entonces, Mons. Bambarén se entrega de forma inmediata a la defensa de la gente de escasos recursos, y a la zona donde viven las denominó Pueblo Joven.

El “Obispo de los pueblos jóvenes”, llamado así debido a sus constantes luchas en defensa de la población marginada, fue nombrado por el entonces Papa Pablo VI como Obispo de Chimbote el 8 de junio de 1978, y asumió el cargo el 25 de julio del mismo año.

Entre 1996 y 1997 fue secretario de la Conferencia Episcopal Peruana y también presidente de la Comisión de Comunicación Social del Episcopado (Conamcos). En febrero de 1998 fue elegido presidente de la CEP, reemplazando a Monseñor Augusto Vargas Alzamora, y reelecto para el mismo cargo el año 2000.


Finalmente, el 04 de febrero de 2004, su Santidad Juan Pablo II aceptó la renuncia presentada por Mons. Bambarén a su cargo como Obispo de la Diócesis de Chimbote.

Además de su labor pastoral, Mons. Luis Bambarén suscribió, en representación de la Iglesia en el Perú, el denominado Acuerdo Nacional la noche del 23 de julio del 2002, junto con los líderes de las agrupaciones políticas y representantes de la sociedad civil, durante el gobierno de Alejandro Toledo.

Asimismo, asumió la presidencia del I Taller Nacional de Evaluación y Retroalimentación del Equipo Técnico del Comité de Transparencia y Vigilancia Ciudadana del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), el 22 de noviembre de 2012, un organismo con participación de la sociedad civil que tuvo como objetivo supervisar los avances y el logro de los objetivos de dichos programas.

La Conferencia Episcopal Peruana agradece las condolencias recibidas e invoca sus oraciones por su descanso eterno.

Con información de ANDINA y Diócesis de Chimbote
 
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